El niño fracasado
Por MarIa Elena Arzeno
El fracaso escolar hace su aparición en el escenario histórico-político juntamente con la creación de la Escuela. Vale decir que se trata de una noción instituida por la misma institución escolar. Esta afirmación puede parecer banal; sin embargo, esta «banalidad» sólo pudo ser considerada en investigaciones bastante recientes y en función de la variación de las coordenadas sociohistóricas. Los problemas de aprendizaje son contemporáneos de la obligatoriedad escolar. Desde sus comienzos, la noción de fracaso fue visualizada como fracaso del aprendizaje, pero no de la enseñanza. La responsabilidad siempre recayó sobre el alumno. Los juegos de fuerza que caracterizaron las diferentes situaciones históricas hicieron que, en función de la ideología dominante, los que fracasaban fueran llamados de distintas maneras: «débiles de espíritu», «inmaduros», «disléxicos».